La financiación empresarial y las hipotecas caen casi un 20% por la subida de los tipos de interés

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El aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) hasta el 4,5% ha tenido un impacto negativo en la demanda y el coste del crédito en España, especialmente en el sector empresarial y el inmobiliario.

Según los últimos datos del Banco de España, en los ocho primeros meses del año se firmaron préstamos para comprar una vivienda o financiar un proyecto empresarial por 230.232 millones de euros, un 19% menos que en el mismo periodo del 2022. Solo en el mes de agosto, el crédito destinado a las empresas quedó en 19.521 millones, un 20% menos que un año antes, y el dirigido a las hipotecas fue de 3.630 millones, un 13% inferior. Estas cifras contrastan con el mantenimiento del crédito al consumo, que se situó en 2.347 millones en agosto, sin apenas variación respecto a los meses anteriores.

El crédito empresarial, el más afectado

La caída del crédito empresarial es la más pronunciada y refleja la situación de incertidumbre y desaceleración que atraviesa la economía española, afectada por la inflación, la escasez de suministros, la subida de impuestos y la falta de reformas estructurales. Aunque las grandes empresas cotizadas han logrado mantener sus beneficios en el primer semestre del año, el resto del tejido productivo ha sufrido una caída de la facturación y de los márgenes. Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan el 99% del total y generan el 70% del empleo, son las que más han notado el encarecimiento de la financiación y la reducción de la demanda. Según la patronal Cepyme, el crédito bancario a las pymes ha retrocedido a una cuarta parte, mientras que el coste medio de los préstamos ha pasado del 1,62% al 4,45% en un año. Esto ha provocado un una tendencia al alza en la búsqueda de financiación urgente para empresas por vías alternativas, como los fondos de inversión o inversores privados.

Además, las pymes se han visto afectadas por la menor disponibilidad de las líneas de crédito ICO, que fueron un instrumento clave para hacer frente a la crisis del covid-19. Según el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, el saldo vivo de las líneas ICO se situó en 115.000 millones de euros a finales de agosto, lo que supone un descenso del 8,7% respecto al máximo alcanzado en diciembre de 2022. Aunque el Gobierno ha prorrogado el plazo de solicitud y de carencia de estos préstamos hasta el 31 de diciembre de 2023, muchas empresas ya han agotado su capacidad de endeudamiento o no cumplen con los requisitos de solvencia exigidos por las entidades financieras.

Las hipotecas, en mínimos de dos años

La subida de los tipos de interés también ha tenido un efecto negativo en el mercado inmobiliario, que ha registrado una caída de las compraventas y de las hipotecas en los últimos meses. Según los datos del Consejo General del Notariado, en noviembre se registraron 55.033 compraventas de vivienda, lo que supone un descenso interanual del 7,5%. Por su parte, los préstamos hipotecarios para la adquisición de una vivienda se redujeron un 17,7% hasta las 23.512 operaciones, mientras que la cuantía media de los mismos descendió un 7,3% hasta los 140.290 euros. Estos datos empeoran los registrados en octubre, cuando las transacciones y las hipotecas moderaron su ajuste al 5,6% y al 12,6%, respectivamente, aunque el precio medio del metro cuadrado mantuvo su descenso en el 2%.

La caída de la demanda de vivienda y de financiación se explica por el aumento del coste de los préstamos hipotecarios, que están ligados al euríbor, el índice de referencia más utilizado en España. El euríbor se situó de media en el 4,18% en octubre, el nivel más alto desde 2011, lo que supone un incremento de más de dos puntos porcentuales respecto al año anterior. Esto significa que una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años con un diferencial del 1% se ha encarecido en unos 100 euros mensuales en un año. Además, la subida de los tipos de interés ha provocado un cambio en las preferencias de los compradores, que se inclinan cada vez más por las hipotecas fijas, que ofrecen una mayor seguridad y estabilidad, frente a las variables, que son más baratas pero más expuestas a las fluctuaciones del mercado.

Perspectivas de futuro

La evolución del crédito en España dependerá en gran medida de las decisiones que tome el BCE en los próximos meses, en un contexto de elevada inflación y de recuperación económica desigual en la zona euro. El organismo presidido por Christine Lagarde ha anunciado que reducirá el ritmo de sus compras de deuda pública y privada a partir de enero de 2024, lo que supone un primer paso hacia la normalización de su política monetaria. Sin embargo, el BCE ha insistido en que mantendrá los tipos de interés en el nivel actual hasta que la inflación se estabilice en el 2%, lo que podría retrasar una subida hasta finales de 2024 o principios de 2025.

No obstante, algunos analistas consideran que el BCE podría verse obligado a adelantar el endurecimiento de su política monetaria si la inflación se mantiene en niveles muy elevados durante más tiempo del previsto. Según el último dato publicado por Eurostat, la inflación interanual en la zona euro se situó en el 4,9% en noviembre, la más alta desde 1992, mientras que en España alcanzó el 6,1%, la más alta desde 1983. Estos niveles de inflación erosionan el poder adquisitivo de los ciudadanos y de las empresas, y ponen en riesgo la recuperación económica y la estabilidad financiera.

 

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