Mayores y el frío: Principales recomendaciones de los especialistas en cuidados asistenciales
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El frío es uno de los factores ambientales que más afecta a la salud y el bienestar de las personas mayores. Debido al proceso de envejecimiento, el organismo de los mayores tiene más dificultades para regular la temperatura corporal y adaptarse a los cambios climáticos. Esto puede provocar una mayor sensación de frío, así como un aumento del riesgo de sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares, articulares y otras complicaciones.
Por eso, es importante que las personas mayores sigan una serie de recomendaciones para protegerse del frío y evitar sus efectos negativos. Estas recomendaciones son especialmente relevantes para aquellos mayores que viven solos, que tienen alguna patología crónica o que reciben cuidados asistenciales. A continuación, te explicamos cuáles son las principales recomendaciones de los expertos en cuidados asistenciales para combatir el frío en personas mayores.
Mantener la casa en una temperatura estable
Uno de los aspectos más importantes para prevenir el frío en personas mayores es mantener la casa en una temperatura adecuada y confortable. Se recomienda que la temperatura ambiente oscile entre los 20 y los 22 grados centígrados, y que se eviten los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire. Para ello, es conveniente revisar el sistema de calefacción y el aislamiento de la vivienda, así como ventilar las habitaciones durante el día.
Además, se aconseja que las personas mayores dispongan de un termómetro en casa para controlar la temperatura ambiente y la corporal. Así, podrán ajustar la calefacción y la ropa según sus necesidades y evitar la hipotermia, que se produce cuando la temperatura corporal baja de los 35 grados. Los síntomas de la hipotermia son somnolencia, confusión, respiración superficial, pulso débil, rigidez en las extremidades y dificultad para moverse. Ante estos síntomas, se debe buscar atención médica inmediata.
Cuidar la alimentación
Otra medida fundamental para combatir el frío en personas mayores es cuidar la alimentación. Una dieta equilibrada y variada ayuda a mantener el sistema inmunológico fuerte y a prevenir las enfermedades. Se recomienda que las personas mayores consuman alimentos ricos en vitaminas C y D, que favorecen la defensa del organismo y la absorción del calcio. Algunos de estos alimentos son los cítricos, los kiwis, las fresas, los tomates, los pimientos, los lácteos, los huevos y los pescados azules.
También se aconseja que las personas mayores ingieran abundantes líquidos, preferiblemente agua, infusiones o caldos, para mantenerse hidratados y evitar la sequedad de la piel y las mucosas. Asimismo, se debe evitar el consumo de alcohol, ya que produce una falsa sensación de calor y favorece la pérdida de calor corporal.
Hacer ejercicio
El ejercicio físico es otro de los pilares para protegerse del frío en edades avanzadas. La actividad física moderada y adaptada a las condiciones de cada persona ayuda a mejorar la circulación sanguínea, el tono muscular, la movilidad articular y el estado de ánimo. Además, el ejercicio genera calor y reduce la sensación de frío.
Se recomienda que las personas mayores realicen al menos 30 minutos de ejercicio al día, siempre bajo la supervisión de un profesional y con el consentimiento de su médico. Algunos ejercicios adecuados para las personas mayores son caminar, nadar, bailar, hacer yoga, pilates o tai chi. Estos ejercicios se pueden realizar tanto al aire libre como en espacios cerrados, siempre que se respeten las medidas de seguridad y prevención frente al covid-19.
Usar ropa adecuada
La ropa es otro elemento clave para combatir el frío en personas mayores. Se recomienda que las personas mayores usen ropa de abrigo, preferiblemente de tejidos naturales como el algodón, la lana o el lino, que son más transpirables y menos irritantes para la piel. También se aconseja que la ropa sea holgada y que se utilicen varias capas, para poder quitarse o ponerse prendas según la temperatura.
Además, se debe prestar especial atención a las extremidades, que son las zonas más expuestas al frío y las que más se enfrían. Para ello, se debe usar gorro, bufanda, guantes, calcetines y zapatos que cubran y protejan la cabeza, el cuello, las manos y los pies. Asimismo, se debe evitar la ropa húmeda o mojada, ya que favorece la pérdida de calor corporal.
Solicitar ayuda profesional
Por último, una recomendación muy importante para combatir el frío en personas mayores es solicitar ayuda profesional cuando sea necesario. Muchas personas mayores viven solas o tienen dificultades para realizar las actividades de la vida diaria, lo que les hace más vulnerables al frío y a sus consecuencias. Por eso, es fundamental que las personas mayores cuenten con el apoyo y la asistencia de profesionales cualificados que les ayuden a cuidar de su salud y su bienestar.
Existen diferentes servicios y recursos que ofrecen cuidados para personas mayores en Madrid y cualquier otro punto de España, tanto en su domicilio como en centros especializados. Algunos de estos servicios son la teleasistencia, la ayuda a domicilio, los centros de día, las residencias de mayores o los servicios de enfermería y fisioterapia. Estos servicios se pueden solicitar a través de las administraciones públicas, las entidades sociales o las empresas privadas.
En definitiva, el frío es un factor que puede afectar negativamente a la salud y el bienestar de las personas mayores, por lo que se deben seguir una serie de recomendaciones para prevenirlo y combatirlo. Estas recomendaciones son mantener la casa en una temperatura estable, cuidar la alimentación, hacer ejercicio, usar ropa adecuada y solicitar ayuda profesional cuando sea necesario. Siguiendo estos consejos, las personas mayores podrán disfrutar del invierno con seguridad y confort.