Felipe Santiago Salverry

0
Felipe Santiago Salverry1-min

INDICE

Los innumerables personajes que forman parte de la vasta y rica historia del Perú son impresionantes. Cada uno, desde diferentes perspectivas, participaron en diferentes elementos que los hicieron reconocidos por el país, incluso después de que haya pasado mucho tiempo. Felipe Santiago Salaverry es uno de estos increíbles hombres que, hasta el día de hoy, muchos continúan investigando para saber más sobre él.

¿Quién fue Felipe Santiago Salaverry?

Felipe Santiago Salaverry del Solar, nacido en Lima el 3 de mayo de 1806, fue hijo de Felipe Santiago Salaverry y Ayerdi, conocido por ser un contador de las ventas de tabaco en Arequipa y de la dama Micaela del Solar y Duque de Estrada, una mujer limeña.

Su vida educacional durante sus primeros años no fue destacada, pero durante 1817 vio gramática latina en la Universidad de San Marcos y, más tarde, retórica y latín en el convictorio San Carlos. Sin embargo, también se interesó en la música, la lógica y las matemáticas, que las estudió en el Colegio de San Fernando durante el año 1820.

Sin embargo, a finales de ese mismo año, habiendo cumplido los 14 años de edad, se escapó de la casa de sus padres y se presentó ante San Martín en el cuartel general Huaura. A partir de este momento, comenzó su incursión en la lucha por la independencia y al incorporarse en el batallón “Numancia”, fue el responsable de hacer la segunda campaña de la sierra central bajo las órdenes del general Juan Antonio Álvarez de Arenales.

Cuando combatió en la batalla de Callao demostró un gran valor, por lo que inmediatamente fue ascendido a subteniente cuando corría el año de 1822 y fue enviado al primer batallón de la Legión Peruana. En el año 1823 fue ascendido a Teniente Segundo y gracias a eso, intervino activamente en las batallas de Torata y Moquegua.

Durante el año 1824, participó en la batalla de Ayacuchi y Junín, para más tarde presentarse en la ocupación de Potosí en el año 1825. Ese mismo año fue ascendido a Sargento Mayor y fue dispuesto a Lima con el deber de resguardar el batallón Granaderos número 9. En él, tuvo que detener un motín liderado por el teniente coronel Alejandro Huavique.

Encarcelamiento y persecución política de Felipe Santiago Salaverry

Durante el año 1829, fue nombrado como gerente de campo del presidente José de La Mar, con este cargo tuvo que asistir a diferentes acciones que se llevaron a cabo durante el gobierno, como la de Saragucho y Pórtete de Taqui, durante el mismo año. Más tarde, La Mar fue derrocado y él tuvo que cumplir un período en prisión. Sin embargo, en 1831, Gamarra le ofreció la subprefectura, pero este declinó la oferta.

Luego de estos acontecimientos, fue a Lima con la intención de solicitar su retiro, pero durante este proceso fue acusado de conspirador y nuevamente fue apresado, cumpliendo su condena de confinamiento en la aldea de Huallaga. Después de un tiempo y en conspiración con sus propios guardianes, depuso en Chachapoyas al prefecto y alegó no reconocer el gobierno de Gamarra.

Debido a esto, fue capturado nuevamente y encadenado. Sin embargo, una vez más convenció a sus captores de apoyarlo y ejecutó un pronunciamiento durante el año 1833. Se fue a Trujillo y en la garita de Moche tuvo un enfrentamiento con las tropas del general Francisco de Vidal. Sin embargo, todos los intentos terminaron en inminentes derrotas para él.

Nuevamente atrapado por Vidal, lo embarcaron con la intención de que arribara en Guayaquil, sin embargo, pudo hacer que el barco desviara su rumbo y desembarcó en la playa Lambayeque, donde inmediatamente pasó a Trujillo durante el año 1834. Cuando llegó el gobierno provisional había asumido el cargo y Salaverry comenzó una revolución en su contra, ya que no confiaba en las lealtades que profesaban.

Poco después, fue nombrado comandante general del departamento de La Libertad y estableció relaciones con las movilizaciones que se levantaban contra los revolucionarios.

Toma de poder y muerte de Felipe Salaverry

El presidente Orbegoso buscó el apoyo de Felipe Salaverry, por lo que, para ganarse su gratitud, lo ascendió a general de brigada, sin embargo, este último solo tenía la intención de ser caudillo. Debido a esto fue que hizo un asalto a las fortalezas sublevadas del Callao y fue proclamado gobernador de la plaza en cuestión.

Más tarde, durante el año 1835, tejió una red de mentiras en donde le aseguró a Orbegoso que Gamarra se uniría con Echenique para un golpe.

Con esta historia ficticia, convenció a Orbegoso de marchar al sur y, cuando llegaron, viendo que había una ausencia evidente entre de las dos personas que supuestamente estaban involucradas en una alianza, Salaverry se autoproclamó jefe supremo. Ese mismo año, en abril, acudió con sus tropas armadas para apaciguar el levantamiento del general Domingo Nieto, quién inmediatamente huyó.

Debido a todo esto, Salaverry comenzó a ganar cada vez más fama, por lo que comenzó a ser reconocido como jefe supremo en diferentes puntos del país. Sin embargo, Orbegoso deseaba combatir todo esto, por lo que, desesperadamente, acudió ante el general Andrés de Santa Cruz, suplicando la intervención del ejército boliviano y asegurando que, más tarde, realizaría una confederación.

Sin embargo, Salaverry no se amedrentó ante la nueva intervención, sino que luchó firmemente por sus fuertes ideales. De hecho, todo esto le dio mayor evidencia para realizar una fuerte campaña en contra de Orbegoso y su gobierno, que cada vez caía más bajo en sus estrategias. Se enfrentó a Santa Cruz en Gramadal durante el año 1836 y, más tarde en Uchumayo, fue aquí donde fue derrotado.

Viendo que había sido derrotado, se entregó ante el general Guillermo Miller, con quién intentó realizar negociaciones, que fueron rechazadas casi de inmediato. Entonces, transgrediendo todas las leyes, Salaverry fue apresado y, más tarde, Fusilado en la plaza de Armas de Arequipa, durante el 12 de febrero de 1836.

Sin embargo, su legado se mantuvo y muchos de los que lo apoyaron alegaron todo lo que trabajó. Tanto fue así, que actualmente pertenece a la historia peruana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *